En primer lugar, la voz es herramienta básica, eficaz y productiva si se utiliza adecuadamente, o contrariamente puede ser tu peor enemigo. Ser consciente de su valor y quererla gestionar para su uso profesional, es imprescindible en un mundo laboral cambiante y de gran competitividad.
La modulación no es solamente variar el sonido de la voz, sino también cambiar el volumen, ritmo y tono. Esta hará que una presentación sea mucho más atractiva, sin embargo, la alteración debe hacerse con armonía y suavidad. En otras palabras, sin que resalte a oídos del oyente. En caso contrario, hará que la voz suene artificial e influya en la exposición, haciendo que la audiencia pueda sentirse incómoda.